Anorgasmia masculina en la consulta de sexologia.
La anorgasmia masculina no es uno de los temas más asiduos en las consultas sexológicas, pero en caso de presentarse, el afectado debe buscar la ayuda de un especialista sexológo para que se descubra la causa de la disfunción, se establezca su historia clínica y, en consecuencia, se aplique el tratamiento más adecuado.
En principio, hay que buscar la asesoría de un sexólogo capacitado, certificado por una institución seria, pues sólo una persona experta es capaz de distinguir si el origen de la alteración fue propiciado por la administración de cierto medicamento. “En tal caso, se debe establecer comunicación con el médico que prescribió el fármaco para encontrar un sustituto del mismo y, de esa forma, evitar que se trastoque la respuesta sexual”.
Cada caso es diferente, por lo que en ocasiones “se requerirá terapia psicológica individual y en otros un plan en el que intervenga la pareja. La capacidad del sexólogo debe ser tal que pueda interpretar si el sujeto padece algún problema orgánico, y entonces canalizar al paciente al especialista correspondiente”.
A manera de conclusión, “las parejas deberían acudir al sexólogo antes de casarse o relacionarse formalmente. Deberíamos ser una especie de ‘consejeros matrimoniales’, porque hay mucho sobre sexualidad que la pareja desconoce y no expresa. Es curioso, pero gran cantidad de personas no habla de sus gustos o preferencias con su contraparte”.
En este sentido, un sexólogo puede proporcionar opiniones interesantes en relación con técnicas sexuales y reglas básicas en el caso de que se quieran utilizar juguetes sexuales o juegos sexuales, todo ello a partir del respeto por los gustos del otro. Así, se evita que algo que quiera ser placentero termine siendo práctica dolorosa.
Las personas que llegan por primera vez a a la consulta se sienten cohibidas, con mucha pena porque no están acostumbradas a contarle a un extraño su intimidad, pero una vez que están aquí la labor es proveerles atmósfera de tranquilidad y confianza para que no se sientan juzgadas. Deben convencerse de que saldrán beneficiadas.
Ausencia del placer.
La ausencia de sensaciones placenteras a través del orgasmo es trastorno poco frecuente, pero guarda cierta relación con otra disfunción sexual mucho más común: eyaculación precoz. Así sucede porque el varón, al no controlar el momento de expulsar el semen, limita el placer propio y el de su pareja.
Algunos estudios señalan que 70% de los hombres padecen eyaculación precoz, lo que surge, porque “nadie nos enseñó a retener la eyaculación, como lo hacen las mamás cuando instruyen a los niños para que aprendan a controlar los esfínteres (músculos que permiten abrir o cerrar un orificio) de la vejiga y ano.
“Con la expulsión del semen pasa exactamente igual, pero a ningún varón nos dicen: ‘Avísame que ya vas a eyacular’. Es curioso, pero todas las técnicas para recuperar el control eyaculatorio tienen como base algo similar a la técnica del pañal, es decir, consisten en aprender a identificar el momento en que se acerca la eyaculación y a cerrarle el paso, para luego permitir que se produzca de nuevo la sensación”, indica el experto.
Sabemos que hay químicos que pueden intervenir en el control de la eyaculación, “y lo mismo pasa con hombres que toman un par de copas y dicen que ‘funcionan muy bien’, lo que ocurre porque el alcohol hace que haya menos ansiedad y que la piel adquiera nivel sensorial diferente, todo ello producido por el cerebro”.
Estos procesos se pueden provocar no sólo con ayuda de alcohol o medicamentos, “sino aprendiendo a manejar la química del cerebro. ¿En qué forma? Un hombre relajado y sin estrés, que tiene buen nivel de respiración y controla su tensión muscular, produce menos adrenalina (hormona que genera estado de alerta) y más dopamina (relacionada con la sensación de placer), lo cual le permite experimentar mayor goce. Por eso no es necesario hacer cosas raras”.
“Una de las técnicas aplicadas se relaciona con el proceso eyaculatorio, pero también con la relajación muscular previa al orgasmo. Explicamos a los pacientes que hay gran tensión antes de eyacular, y que al momento de hacerlo se afloja toda la musculatura. Al tomar conciencia de ello y trabajarlo en terapia, se puede controlar este mecanismo”.