El deseo sexual es una emoción, un impulso, una fuerza que nos mueve al encuentro íntimo con otras personas. Nos motiva a relacionarnos, a compartir intimidad, a mantener relaciones afectivas y sexuales, a disfrutar y pasarlo bien, a sentir placer, etc.
Junto con la atracción y el enamoramiento, forman lo que se conoce como sentimientos sexuales; sentimientos que constituyen un magnífico patrimonio de la sexualidad humana y que regularán ésta durante toda nuestra vida.
La Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género (DSG) se centra en el apoyo terapéutico a todo el colectivo de personas LGTBIQ+. Ofrece unas herramientas a personas no heterosexuales ni cisgénero para poder hacer frente a diferentes puntos de conflicto que su biografía pueda tener. Su fin es acompañar emocionalmente desde un área de la Psicología para facilitar y/o reducir el estrés, la discriminación o la integración de la propia identidad dentro de la vida de personas LGTBIQ+
Hablamos de problemas de impulsividad o falta de autocontrol cuando la persona se siente incapaz de resistir un impulso que le lleva a realizar una acción que deriva en consecuencias negativas. Desarrollar estrategias efectivas de autocontrol por lo tanto implicaría dotar a la persona de capacidad para ser dueña de sí misma, de poder elegir la actitud y manera de actuar que se quiere adoptar en cada situación.
Las personas con problemas de ira, pueden sentir esta ira en la misma medida que cualquier otra persona, pero en ese momento no cuenta o no logra contactar con los recursos necesarios para gestionarla de un modo que no sea destructivo y/o violento. Eso genera que ante ciertas situaciones puedan darse ataques de ira en los que tanto el paciente como su entorno se ven perjudicados…
Cada persona tiene una manera específica de relacionarse con sus dificultades, que en casos puede generar toda una serie de problemas personales o de relación con los demás añadidos a la sintomatología, de modo que la mala gestión del malestar genera malestar “añadido” involuntariamente debido a las nuevas dificultades que se presentan…
Llamamos dependencia emocional a la incapacidad de cortar la relación con otra persona (familiar, amigo o pareja) a pesar de que la relación no es satisfactoria o está desequilibrada. Es decir, el miembro dependiente, cede en exceso, idolatra al otro y se somete para no perder la relación de una manera que deja a un lado sus necesidades , gustos y libertades…