A lo largo del día experimentamos un gran número de emociones diferentes, pero muchas veces somos incapaces de identificar aquello que estamos sintiendo. El psicólogo Robert Plutchik defendió que las emociones cambian a lo largo de la evolución del ser humano para adaptarse a su contexto y elaboró un recurso en forma de dibujo que facilita el reconocimiento y comprensión de la complejidad de las emociones.
La función de una emoción variará según la necesidad que amerite el requerimiento del ambiente, es decir, cada emoción prepara al organismo para distintos tipos de respuesta. Pero en general funcionan como mecanismos de supervivencia y adaptación.
La clave para lograr efectividad en el manejo y gestión de las emociones no es negarlas o controlarlas, sino permitir que fluyan, lo cual no quiere decir que si, por ejemplo, estás enojado (a) con tu cónyuge, des rienda suelta a tu enojo y le lastimes, o traspases sus límites y derechos, sino más bien dejar que tu emoción te informe que está pasando contigo, para luego decidir cómo atenderla de la manera más segura y productiva.
La disfunción eréctil o impotencia masculina, es un problema más común de lo que se piensa o se reconoce. Puede ser un problema temporal pero otras veces se mantiene en el tiempo agravándose. Se puede producir en todas las edades, pero aparece con mayor frecuencia en mayores de 40 años y en menos casos entre los 30 y 40 años. Según las estadísticas en España, alrededor del 19% de los hombres sufren alguna disfunción eréctil, porcentaje que va subiendo al 24% después de los 40 y a medida que la edad es mayor puede aumentar hasta pasar el 50%.
Algunas veces la eyaculación precoz es un problema puntual, en otros casos se puede manifestar en un periodo de tiempo, pero en muchas situaciones es algo que aqueja a la persona durante un largo período de tiempo, convirtiéndose en un problema que le impide mantener una vida sexual placentera y satisfactoria. En esta situación es importante recurrir a psicólogos expertos en sexología, porque sí tiene solución.
Las disfunciones sexuales (eyaculación precoz, impotencia, etc.) ocupan gran parte del caudal de preocupación del hombre moderno. Si bien es un tema que circula “abiertamente” por los medios de comunicación, la experiencia personal se transforma, la mayoría de las veces, en un relato frustrante, secreto y vergonzante.