Los ataques de pánico o también llamados ataques de angustia o de ansiedad se pueden producir como problema principal, o pueden ser productos de otros problemas de base tales como la ansiedad la fobia social, la agorafobia, etc. Se puede sufrir un ataque de pánico de forma repentina, con fuertes sensaciones de terror por miedo a la muerte o porque tienen la idea de que se va a producir, de forma inminente, una catástrofe.
La ansiedad es una de las emociones naturales de los seres humanos. Es muy adaptativa puesto que nos pone en alerta ante un posible peligro y de este modo podemos defendernos, por ejemplo, si estamos caminando plácidamente por un parque y de repente se nos aparece un perro que nos mira de forma amenazante, nos surgirá una sensación de miedo que nos alertará de un posible riesgo para nuestra seguridad y nos llevará a reaccionar por medio de conductas que nos alejen de la amenaza.
Si lo piensas por un momento, la modalidad online de psicoterapia, puede ser incluso más privada e íntima que la terapia presencial. Al no tener que ir al consultorio del terapeuta, se eliminan las probabilidades de ser observado por algún conocido o familiar. Es un punto clave que reduce ese viejo estigma social de “quien va con el psicólogo es porque está loco”. De esta manera podemos acceder a la ayuda de forma anónima en un tiempo y lugar que se adapte a nosotros.
Con los pensamientos automáticos negativos presentes, las situaciones siempre parecen peor y más estresantes de lo que son en realidad. Incluso puede haber un esfuerzo inconsciente por buscar constantemente lo negativo y haciendo caso omiso de lo positivo. Una autoestima baja también puede jugar en nuestra contra, haciendo más difícil el cambio.
Tipos de estrés y cuál es el que debemos trabajar en Psicoterapia online.
Encontramos dentro del estrés, dos tipos de respuesta diferente en función a la necesidad de tomar medidas psicoterapéuticas.
La autoestima es la valoración general de una persona sobre sí misma.
Se considera un rasgo de la personalidad, que se desarrolla en la infancia y afecta los comportamientos, las interacciones sociales y el bienestar general de una persona.
Las personas que tienen baja autoestima carecen de confianza en sus relaciones sociales, además, en muchas ocasiones pueden sentir la mayoría de sus actos son un fracaso. Es habitual que se muestren comportamientos dependientes.
En muchos casos puede ser común que puedan perder los estribos fácilmente y culpar a otros por sus problemas. En otras ocasiones pueden tener distorsiones de la imagen corporal que les impide sentirse cómodos con su físico.