Quién fue el descubridor del clítoris, el órgano del placer femenino.

En 1552 un anatomista italiano describió la estructura de “la fuente del placer femenino por excelencia

El escritor argentino Federico Andahazi, autor de la novela “El anatomista”, que recreó la historia del médico Mateo Renaldo Colón y su “escandaloso” descubrimiento, escribiría que “Mateo Colón descubrió aquello con lo que, alguna vez, todo hombre soñó: la mágica llave que abre el corazón de las mujeres, el secreto que gobierna la misteriosa voluntad del amor femenino”. EL CLÍTORIS.

Pero ¿quién fue Mateo Renaldo Colón? Tal como su compatriota Cristóbal Colón (muerto 11 años antes de su nacimiento), también se convertiría en un descubridor revolucionario, aunque él no descubriría un continente, sino que el misterioso botón de placer femenino llamado clítoris (del griego “Kleitoris”), es decir, el órgano del aparato genital femenino cuya única función conocida es la de proporcionar placer sexual a la mujer y que Colón denominó “amor veneris” o “placer de Venus”.

Mateo Renaldo Colón

Nació en 1515 en Cremona, Italia, fue anatomista y cirujano, bajo el nombre de Mateo Renaldo Colombo, más conocido por Mateo Renaldo Colón. Se hizo famoso por ser un importante precursor de los trabajos de William Harvey -el descubridor de la circulación general de sangre humana- describiendo específicamente la circulación pulmonar; el paso de la sangre entre el corazón y los pulmones.

Después de ser alumno de Vesalio, famoso anatomista del Renacimiento, Colón se convirtió en profesor de anatomía y cirujano de las universidades de Padua, Pisa y la Universidad Pontificia de Roma, sin mencionar que también fue cirujano del papa Julio III.

La obra más célebre de Mateo Renaldo Colón fue “De re anatómica” (“Sobre cosas de anatomía”), donde presentaba una descripción completa de la circulación pulmonar y corregía algunas de las omisiones y errores de su maestro Vesalio. Sus contribuciones a la anatomía y la medicina incluirían hechos como el descubrimiento de que las arterias se expandían con cada latido; que la sangre fluía desde el lado derecho del corazón a través de los pulmones, y de que la lente se ubicaba en la parte anterior del ojo y no en el centro.

Si bien Mateo Renaldo Colón aseguró que él había sido el primero en describir «la sede del placer femenino» y «como nadie ha descubierto estos detalles y su propósito, si se permite que le dé nombres a cosas que descubro, debería ser llamado el amor o dulzura de Venus». Aun así, su colega Gabriele Falloppio (quien describió por primera vez las trompas de Falopio o tubas uterinas) también se adjudicó el honor de haber sido el primero en describir el clítoris.

Sin embargo, en el siglo XVII, el anatomista holandés Caspar Bartholin rechazó ambas pretensiones, asegurando que el clítoris ya era ampliamente conocido por la ciencia médica desde el siglo II, lo cual parece razonable, pues el primer médico antiguo en haberlo descrito y nombrado fue al parecer Rufo de Efeso, quien afirmaba que en griego existía un verbo derivado (“ κλειτοριάζω” o “kleitoriázō”), que significaba «acariciar(se) el clítoris para producir placer».

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En una vieja obra de anatomía se lee que “en 1552 Renaldo Colón descubre el clítoris, pero su descubrimiento fue refutado. Resulta que Falopio y Bartolino, anatomistas de la época, decían que eran ellos quienes lo habían descubierto, pero que además decían que se conocía desde la noche de los tiempos y traían como prueba irrefutable la autoridad de Avicena, Abulcasis, Rufo de Efeso, Julio Pólux, anatomistas del siglo II”

Algo de razón tenían en ello; lo que sucedía era que esa parte de la anatomía femenina caía dentro de la ambigüedad de designaciones imprecisas porque su distinción no tenía importancia política a efectos de la diferencia de los géneros.

Pero los críticos de Colón estaban equivocados en algo; Colón merece el nombre de descubridor porque él fue el primero que le otorgó nombres y adjetivos que hacían del clítoris el asiento del orgasmo en la mujer, o, como decía Colón “…es principalmente la zona del deleite de las mujeres…y como nadie ha discernido esta protuberancia y su uso, si es permisible poner nombres a cosas descubiertas por mí, que sea llamada amor o dulzura de Venus”.

 

El clítoris desvelado por la ciencia

Hoy se sabe que el clítoris – también llamado poéticamente como el “botón de rosa”, “botón del amor” o “la protuberancia sensible”- es el lugar específico donde se concentran los nervios que producen placer sexual en la mujer.

Tiene cinco partes, de las cuales, cuatro son bilaterales y simétricas. El glande es la única parte visible que se asoma en la parte superior de la vulva femenina, pues está parcial o totalmente recubierto por un pliegue cutáneo llamado capuchón, formado por la unión, en su parte superior, de los dos labios menores.

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En promedio, según algunos especialistas, el clítoris completo (no sólo la punta visible para nosotros) mide alrededor de 10 cm. Esto es, aproximadamente, como el tamaño de un pene en su estado flácido, pues casi tres cuartas partes del clítoris están escondidas dentro de la vagina. La pequeña ‘protuberancia’ que puede verse es el glande, que mide entre 1.5 y 2 cm de largo.

En el interior, el glande se divide en dos ‘piernas’, que miden cerca de 7.5 cm de largo y se extienden hacia abajo alrededor de las paredes vaginales. En los años 90’ fue la doctora Helen O’Connell, uróloga del Royal Melbourne Hospital, quien utilizó un ultrasonido de alta resolución para estudiar el clítoris, publicando sus descubrimientos médicos en 1998 y dando a conocer al mundo el verdadero tamaño del clítoris por primera vez.

El clítoris es la única parte del cuerpo femenino cuyo único propósito es aumentar el placer sexual.

El clítoris es la única parte del cuerpo femenino cuyo único propósito es aumentar el placer sexual. No tiene valor reproductivo y a diferencia del pene, por el que atraviesa la uretra, no está involucrado en el proceso de la orina (la uretra de las mujeres se encuentra a pocos milímetros del glande). Por ello, considerando que la única función del clítoris es el placer sexual para la mujer y el sexismo inherente en las ciencias y en la investigación, para algunos no resulta sorprendente que nunca se lo hubiese estudiado con rigurosidad.

El glande, o la parte expuesta del clítoris, tiene una concentración de aproximadamente 8 mil terminaciones nerviosas, más que ninguna otra parte del cuerpo (en comparación, el pene sólo tiene cerca de 4 mil terminaciones). Además, cabe mencionar que debido a que las contracciones de la mujer durante el orgasmo se extienden al piso pélvico, se afectan alrededor de 15 mil terminaciones nerviosas.

Algunos especialistas, en lo que respecta al placer, sostienen que lo importa no es el tamaño del clítoris sino la distancia entre el glande y la apertura de la vagina. Si la distancia es de 2.5 cm, las probabilidades de orgasmo aumentan debido a la fricción por el movimiento del pene.

Hoy, millones de mujeres han comenzado a conocer y valorar esta desconocida parte de su cuerpo, aunque en algunas culturas africanas todavía se practica la ablación –mutilación total o parcial- del glande del clítoris a una edad muy temprana, para evitar que las mujeres conozcan el placer sexual y el orgasmo.

Si bien actualmente el clítoris y las sensaciones que provoca son uno de los temas principales de las revistas femeninas, no siempre fue así. Pieza clave del placer sexual aclamado por Hipócrates, mencionado por Rufo de Efeso por primera vez, castigado por los protestantes y ridiculizado por los psicólogos freudianos, este misterioso e increíble órgano, imprescindible para el placer femenino, conoció muchos altibajos en la historia, aunque sólo comenzó a ser estudiado con algo de seriedad gracias al descubrimiento del anatomista Mateo Colón, el primero que afirmó categóricamente que el clítoris era “la zona del deleite de la mujer” y “la fuente del placer femenino por excelencia”.

 

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