Factores psicológicos en la Disfunción Eréctil.
Toda disfunción eréctil, incluso las diagnosticadas claramente de causa orgánica, comparten componentes psicológicos. Es decir, de una u otra manera, los aspectos emocionales pueden predisponer, mantener o agravar los problemas de erección.
De manera general, la mayoría de las disfunciones eréctiles que aparecen por debajo de los 50 años se deben a causas de origen psicológico, mientras que a partir de esa edad, son provocadas por factores orgánicos con la implicación de aspectos también emocionales.
Una información y educación sexual inadecuada y basada en roles muy establecidos en los que el hombre siempre debe de estar preparado para el acto sexual en cualquier momento y con cualquier pareja, puede inducir a unas expectativas poco realistas y frustrantes. Por ejemplo, el cansancio o los problemas laborales pueden provocar la pérdida de la firmeza en la erección de manera puntual, o también no sentirse demasiado atraído por una pareja sexual ocasional.
La preocupación persistente por la calidad de la erección y el temor a fracasar puede generar tal ansiedad en el momento de la ejecución que inhibe o provoca la pérdida de la erección. Además esa necesidad de “control de la situación” desencadena la auto observación y evaluación constante de la propia respuesta sexual. Este llamado “rol del espectador” sitúa al hombre mentalmente fuera de la relación erótico-sexual y los estímulos externos se tornan insuficientes y provocan la disfunción.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es la influencia de la relación de pareja, sobre todo si es estable: problemas de convivencia, escasa comunicación, falta de atracción entre los miembros, presencia de rutinas sexuales,… Si la pareja no es estable, pueden afectar el miedo al compromiso y a la intimidad, la falta de conocimiento sexual mutuo e incluso el miedo a un embarazo no deseado. En este apartado cabe resaltar algunos casos curiosos en los que el hombre puede tener problemas de erección selectivos: sí con la pareja estable y no con la pareja “extraoficial”, o al revés.
No hay que obviar tampoco la actitud excesivamente “altruista” de algunos hombres que están tan preocupados por complacer a la pareja que olvidan su propio deseo; tampoco a los que se sienten intimidados ante una pareja durante mucho tiempo deseada; ni a los que un estatus social o educativo más elevado de la pareja les provocan inseguridades en su rol psicosexual.
Otros factores psicológicos más profundos que pueden incidir en la consecución o el mantenimiento de la erección pueden ser: una experiencia sexual traumática durante la infancia, adolescencia o edad adulta; los trastornos mentales y los de personalidad.
Tratamientos para la Disfunción Eréctil o Impotencia.
Sabemos que las relaciones sexuales no se basan sólo en los genitales, pero también es un problema para muchos hombres el tener dificultades con la erección. Este artículo explica causas y tratamientos.
Tan solo hace unos días que se han presentado los resultados del ATLAS de la disfunción eréctil en España, realizado por la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA). Este concluye que esta patología, podría afectar a un 18,9 por ciento de la población masculina de entre 25 y 70 años, y que está infradiagnosticada e infratratada.
La disfunción eréctil se produce cuando un varón no puede obtener o mantener una erección lo suficientemente para mantener relaciones sexuales. Las erecciones ocurren cuando hay un flujo de sangre en los vasos del pene. Cualquier cosa puede afectar a este flujo o al mantenimiento de la sangre en el pene, lo que puede llegar causar un problema de erección.
Estos cambios pueden ser causados por medicamentos, que disminuyen la presión en sangre. También afectan algunas condiciones que pueden llevar a un estrechamiento de los vasos sanguíneos, tales como el colesterol alto, la diabetes o el tabaquismo. Para algunos hombres, la disfunción eréctil es el primer indicio de una enfermedad subyacente, como la diabetes o enfermedades del corazón, así que es importante informar a su médico para que pueda hacer las pruebas necesarias.
Aparte de la calidad del flujo de sangre, los problemas psicológicos también pueden tener un efecto significativo en la erección. Para algunos hombres, que la impotencia ya ha sido un problema, la ansiedad puede afectar de forma significativa haciendo que la situación empeore. Para otros, la depresión o la ansiedad, y los medicamentos que se utilizan para el tratamiento de estos problemas psicológicos pueden alterar la libido y la calidad de la erección.
El tratamiento siempre dependerá de cuál es la causa subyacente del problema. Así que, primero, se debe hacer un control para asegurar que la diabetes, el colesterol o las enfermedades del corazón no son parte de este problema. El médico también puede comprobar el nivel de testosterona para asegurarse de que está en el rango normal. Los hombres fumadores, deberían considerar la posibilidad de dejar de fumar, ya que no sólo mejorará sus posibilidades de fortalecer su erección, sino que protegerá el corazón y el cuerpo a largo plazo.
Una vez se eliminen estas causas el problema de erección desaparecerá, por tanto podemos considerar que normalmente los problemas de erección son temporales.