La Diabetes en la sexualidad masculina.
La diabetes puede ser la causa de problemas en la vida sexual de algunos hombres y estos pueden ocurrir por factores tanto físicos como psicológicos (disfunciones sexuales masculinas).
Las disfunciones sexuales masculinas, pueden ser causadas por trastornos en la erección, eyaculación, orgasmo, sensibilidad y deseo sexual.
La diabetes cuando no es controlada adecuadamente puede ir dañando los vasos sanguíneos, arterias y venas incrementando el riesgo de que aparezca alguna disfunción sexual masculina debido a factores físicos. La Diabetes también puede arrastrar angustia, inseguridad, miedo al fracaso, etc., lo que puede aumentar estos problemas debido a factores psicológicos. Sin embargo, no porque un hombre con Diabetes presente alguna disfunción sexual esta debe ser atribuida a la Diabetes, ya que existen muchas otras causas que pueden producir disfunción sexual masculina y que no tienen nada que ver con la Diabetes.
La disfunción sexual más frecuente en hombres con Diabetes es la disfunción eréctil o “impotencia”.
Diabetes y problemas de erección
La diabetes es una enfermedad en la que el nivel de glucosa (azúcar) en sangre es demasiado alto. Esto es debido a que el cuerpo no es capaz de producir insulina (diabetes mellitus tipo 1) o bien de segregar suficiente insulina (diabetes mellitus tipo 2) para transformar los hidratos en alimentos.
La disfunción eréctil es la incapacidad de mantener o alcanzar la erección de una forma continuada. Un nivel alto de glucosa durante varios años puede dañar los tejidos y fibras del pene dificultando la erección.
¿Cómo afecta la diabetes a los problemas de erección?
La diabetes puede dañar los nervios, el tejido eréctil y los pequeños vasos sanguíneos en el pene:
- El daño en el tejido eréctil no permitirá que las fibras musculares del pene se relajen adecuadamente, de manera que el pene no se puede llenar durante la erección.
- El daño en los nervios puede dar lugar a menos sensaciones en el pene y menos señalización hacia él desde el cerebro, lo que hace más difícil conseguir y mantener una erección.
- El daño en los vasos sanguíneos también impedirá que el tejido eréctil se llene de sangre.
El problema de erección es un trastorno muy común entre los varones que sufren diabetes. De hecho, el 50 % de los varones que tiene diabetes pueden desarrollar esta patología aumentando este porcentaje según avanza a edad, hasta un 95 % en varones diabéticos de 70 años.
¿Cuándo acudir al médico?
La disfunción eréctil es un problema que puede tener origen en diversas causas como: presión arterial alta, enfermedad renal, abuso de sustancias toxicas e incluso como efecto secundario de algún medicamento. Por ello, en cuanto se tenga el problema se debe acudir al médico. El médico puede comprobar el origen del trastorno, si hay alteraciones en las arterias o el sistema nervioso, incluso si existe una diabetes no diagnosticada. En algunas ocasiones estos aspectos necesitan atención especial por sí mismos.
Afortunadamente, el tratamiento para la disfunción eréctil en la diabetes ha mejorado considerablemente. A menudo, el primer paso es reconocer el problema, pero este suele presentarse como el mayor obstáculo. Una vez que se ha superado, y con ayuda y apoyo de la pareja y del médico, se puede comenzar el tratamiento.
¿Qué tratamientos hay disponibles?
Cuando le paciente varón tiene una diabetes diagnosticada, existen dos tipos de abordaje para la disfunción eréctil: el tratamiento preventivo y el tratamiento de la enfermedad en sí. En cuanto al tratamiento preventivo, controlar los niveles en sangre puede ayudar a prevenir la lesión de los nervios y de los vasos sanguíneos o al menos retrasar su aparición. Uno de los principales retos es que el paciente acepte su enfermedad y sea responsable en el cumplimiento del tratamiento.
Si la disfunción eréctil ya ha comenzado a manifestarse, hay que buscar el tratamiento más adecuado a cada paciente. La gran mayoría de los tratamientos disponibles en la actualidad pueden ser eficaces en hombres con diabetes.
Entre los tratamientos más habituales se encuentran:
- Medicamentos orales: suele ser la primera línea de tratamiento. Existen diferentes opciones -sildenafilo, tadalafilo, vardenafilo o avanafilo- con distinta duración de acción. Estos medicamentos facilitan el flujo de sangre al pene.
- Prostaglandina: es un vasodilatador que se pueden inyectar en el pene o bien se inserta un gránulo comprimido en el extremo del pene.
- Bomba de vacío: es un dispositivo con un tubo que se coloca en el pene y, a través de la bomba que tiene, consigue llevar sangre al pene y se alcanza la erección.
- Cirugía del pene: si ninguno de los tratamientos anteriores funciona, la alternativa es colocar un implante en el pene. Estos implantes pueden ser semirrígidos o inflables, es una cirugía poco invasiva y con resultados muy fiables.