Suelo Pélvico para una Sexualidad Sana.
Hoy hablamos del Suelo Pélvico y de cómo cuidarlo para una sexualidad más sana y placentera. En Terapia Sexual es habitual recomendar ejercicios para mejorar la zona pélvica a través del entrenamiento muscular. Se conocen comúnmente como musculatura pélvica, músculo pubocoxígeo o músculos de Kegel y tienen que ver con incrementar el riego sanguíneo hacia la zona genital y mejorar con ello la sensibilidad sexual en general, la propia respuesta sexual masculina y femenina (erección y lubricación vaginal) así como la facilidad e intensidad del orgasmo.
Suelo Pélvico e importancia tiene en general en la salud.
El suelo pélvico juega un papel fundamental en muchas de nuestras funciones vitales, aunque la mayor parte de las veces no seamos conscientes de ello.
Podemos definirlo como el conjunto de estructuras (músculos, ligamentos, órganos…) que cierran la pelvis por su parte inferior. Tiene mucha importancia en la calidad de vida de una persona, sea hombre o mujer, ya que su mal funcionamiento puede dar lugar a síntomas como pérdidas de orina, dolor en las relaciones sexuales, prolapsos de órganos…que repercuten negativamente en su estado de salud.
Tener un suelo pélvico debilitado trae muchas consecuencias negativas. El suelo pélvico es un conjunto de músculos, tendones, fascias y ligamentos que conforman la base de la cavidad abdominal, en la que se encuentran estructuras tan importantes como la vejiga, vagina y recto. Si esta estructura no tiene la capacidad de sujetar las vísceras arriba, pueden “descolgarse”y aparecer prolapsos por la influencia de la gravedad.
El descuidar el suelo pélvico conlleva muchos problemas, principalmente de pérdidas de orina, de prolapsos y de dolor en la zona, pero hay muchas más secuelas a las que no prestamos tanta atención y que son importantes. Destacaría el dolor de espalda , las infecciones, el estreñimiento y la anorgasmia.
Fortalecimiento del suelo pélvico en mujeres y hombres.
Fortalecer el suelo pélvico es importante en hombres y mujeres. Generalmente tenemos asociado el suelo pélvico o su afectación solo al sexo femenino, pero no es así. En el hombre tiene también una gran importancia en muchos sentidos como veremos a continuación.
El suelo pélvico tiene 4 funciones principales:
- Continencia: esto incluye a hombres y mujeres. Las pérdidas de orina o fecales pueden afectar a cualquiera de los dos sexos, siendo las causas diferentes en cada uno de ellos. En las mujeres puede venir asociado a un postparto, a la llegada de la menopausia o por practicar deportes de impacto. En el hombre suele estar relacionado con problemas de la próstata como hiperplasias, cirugías… o por practicar algunos deportes como el ciclismo.
- Soporte de órganos: en la mujer estaremos hablando de vejiga, útero y recto y en el hombre de la vejiga y el recto. La alteración en la posición de alguno de ellos por un mal soporte da lugar a un mal funcionamiento de los mismos.
- Sexualidad: el estado del suelo pélvico influye en la calidad de las relaciones sexuales. Su afectación puede dar lugar a anorgasmia en diferentes grados y dolor en las relaciones sexuales (generalmente por hipertonías). En el hombre puede dar lugar a disfunción eréctil o eyaculación precoz (entre otras causas). En ambos, un suelo pélvico no tonificado conlleva una menor sensibilidad en la zona genital y un orgasmo menos intenso.
- Reproductiva: en la mujer juega un papel esencial en el momento del parto.
Debilidad de la musculatura pélvica.
En la valoración del profesional, es importante tener presente la diástasis abdominal, es decir, la distancia que hay entre ambos rectos anteriores del abdomen. Lejos de las modas actuales deberían estar cuanto más juntos mejor, sobre todo de cara a un posible embarazo. En éste, los músculos abdominales se distienden tanto, que puede provocar que se abran aún más los rectos y, tras dar a luz , se queden abiertos pudiendo llegar a aparecer hernias por ese espacio.
La musculatura abdominal tiene tres capas (de fuera adentro; rectos abdominales, oblicuos mayor y menor y transverso abdominal), y en muchas ocasiones tras el parto se queda distendida, dada de sí, y no vuelve a su tensión preparto. No es siempre el parto el causante de esto, muchas otras veces una mala postura o la obesidad desencadenan dicha falta de tono en el músculo transverso abdominal, que se comporta como si fuese una faja natural que sujeta e impide que nuestras vísceras se desplacen hacia anterior. En muchas ocasiones este desplazamiento es el que origina pérdidas urinarias, sobre todo las que denominamos IUE (Incontinencia Urinaria de Esfuerzo) y que como podemos imaginar, ocurren cuando se estornuda, se tose, se levanta un peso, se ríe… cuando se realiza cualquier esfuerzo, hace que aumente la presión en la cavidad abdominal, y si nuestro abdomen no tiene el tono suficiente para sujetar dicha presión, se abomba, se distiende y suele facilitarse un escape desde la vejiga urinaria. Si nuestros esfínteres (músculos que cierran la vejiga y uretra) están sanos, no tiene por qué producirse escape. Lo que ocurre es que la mayoría de las veces que hay debilidad abdominal, hay debilidad de la musculatura pélvica y por tanto incompetencia para cerrar la vejiga y la uretra y se producen escapes.
De forma contraria, hay muchas veces que se insiste en realizar los famosos ejercicios de Kegel (cerrar y abrir esfínteres como si cortáramos el chorro de la orina y nos aguantáramos un gas) y el problema no está únicamente ahí; como hemos comentado anteriormente, tendremos que trabajar el transverso del abdomen y no podemos olvidarnos de algunos otros factores ya mencionados anteriormente como postura, respiración y/o diafragma, hábitos, etc.
La recuperación del suelo pélvico tiene varias etapas, si bien todas comienzan con un buen diagnóstico y exploración por un profesional fisioterapeuta especialista en suelo pélvico o periné. Me encuentro muchísimas veces que llegan pacientes que realizan ejercicios en casa o en el gimnasio, o incluso pilates sin haber tenido una orientación de cómo trabajarlo, y sin este diagnóstico no podemos avanzar; yo siempre les pongo el mismo ejemplo… te recomiendo que salgas a correr y ¿cuánto has de correr? Hay que tener una valoración inicial y una progresión, si bien, no es tan sencillo saber si contraes correctamente o si tu musculatura está fatigada cuando hablamos de musculatura pelviana.
Lo primero es siempre tonificar, es decir, dar un poco de “dureza” a los músculos, y a partir de este tono, empezar a fortalecer ganando fuerza y resistencia. Pero no es sencilla la tarea, puesto que aproximadamente un 80% de las fibras de la musculatura del suelo pélvico es tejido conjuntivo, es decir, acontractil y tan solo un 20% de las fibras son tejido contráctil. De la parte contráctil, más de tres cuartas partes del tejido responde al sistema nervioso autónomo, es decir, que nosotros no podemos controlar voluntariamente y se rige por emociones, hormonas y postura fundamentalmente. El resto de fibras de ese tejido contráctil son las que nosotros activamos de forma voluntaria cuando realizamos los ejercicios de Kegel.
Respecto al tratamiento, los archiconocidos y tan recomendados ejercicios de Kegel sí, pero no exclusivamente en la mayoría de las ocasiones. Es aquí donde entran en juego los tan de moda llamados ejercicios hipopresivos, que son una gimnasia reprogramadora de la postura, que tantas veces es incorrecta en los pacientes, y además nos aporta muchísimos beneficios holísticos, contrayendo de manera refleja (sin el paciente hacer nada), esa otra musculatura regida por el sistema nervioso autónomo o involuntario.
Están surgiendo métodos como el 5p (Reeducación Postural ProPiocePtiva Perineal) en el que se trabaja con medio “tronco”de madera y se corrige una vez más la postura y se tonifica la zona en cuestión.
Cuando cuidar el suelo pélvico.
Existen algunos momentos claves en la vida en que deberíamos cuidarlo especialmente.
En el caso de la mujer, generalmente se empieza a tomar contacto y preocuparse por su suelo pélvico en el momento del embarazo. En en esa etapa cuando se empieza a escuchar sobre la importancia de trabajarlo y de tenerlo elástico para el momento de dar a luz. Este es un momento clave para su cuidado, especialmente en el postparto, para conseguir una recuperación completa y más rápida de esta zona.
La menopausia es otra etapa donde puede aparecer sintomatología a este nivel. Los cambios hormonales hacen que disminuya la calidad del tejido de la zona. Mucha de esta sintomatología puede venir provocada por partos de hace muchos años que dejaron secuelas que ahora provocan síntomas a este nivel.
Cuando la mujer, independientemente que haya tenido hijos o no, alcance la edad de la menopausia o realice algún tipo de deporte de impacto como correr o saltar… debe saber cómo se encuentra su musculatura pélvica para poder cuidarla. Son situaciones que pueden afectar negativamente a su cuerpo y que avisan, por lo general, con dolores en la zona pélvica.
Es importante destacar la importancia del cuidado del mismo cuando se produce alguna cirugía en esta zona como las episiotomías en el momento del parto.
En el hombre gana importancia cuando existe alguna afectación en la próstata, por la estrecha relación con la misma. Sobre todo es importante su valoración y entrenamiento antes y después de cualquier cirugía prostática.
Del mismo modo si realiza algún deporte como el ciclismo, donde el apoyo del sillín puede dar lugar a un adormecimiento de la zona, molestias y dolores, alteraciones en la micción o incluso en la erección.
Influencia del suelo pélvico en la Respuesta Sexual y en el Orgasmo.
La respuesta sexual va a venir en parte determinado por estructuras que forman el suelo pélvico, con lo cual su calidad y capacidad de respuesta van a influir directamente en ella.
La intensidad del orgasmo depende en parte del estado de la musculatura del suelo pélvico. Durante un orgasmo intenso se producen de 10 a 15 contracciones de suelo pélvico, vagina, útero y esfínter anal. Con esto, queda claro que la calidad de la contracción de la musculatura perineal determinará en parte esa intensidad del orgasmo.
Cuando esta musculatura se encuentra debilitada o hipotónica se producirá una disminución en la calidad del orgasmo pero si está en forma tendremos una sensación más placentera e intensa.
El aumento de la circulación sanguínea, el aumento de la lubricación y la tensión adecuada de la musculatura son factores que van a incidir positivamente y directamente sobre la zona.
En el hombre el estado de la musculatura de la zona también influye en la calidad de la erección y del orgasmo masculino. Existen ejercicios en terapia sexual que tienen como objetivo favorecer una erección más fácil y fuerte gracias al entrenamiento muscular.
Beneficios del fortalecimiento del suelo de la pelvis.
Los beneficios de mantenerlo en forma son muchos, principalmente la ausencia de síntomas negativos a este nivel. Tendremos una continencia correcta, una buena estática pélvica, buena calidad en las relaciones sexuales (en la parte que dependa del estado de la musculatura) y una preparación de la zona en el parto en la mujer.
Cuando hablamos de tener el suelo pélvico en forma no estamos refiriéndonos solo a que esté fuerte sino a que tenga capacidad elástica ó de estirarse cuando sea necesario (por ejemplo en la mujer en el momento de la penetración). Muchas de las molestias que aparecen en la zona pueden ser debidas a un acortamiento de esta musculatura, tanto en el hombre como en la mujer, provocando diferente sintomatología relacionada con el dolor. En la mujer cobra una gran importancia las cicatrices, como episiotomías o desgarros, a la hora de tener dolor en las relaciones sexuales, que por regla general tienen muy buena respuesta al tratamiento de fisioterapia .
Bolas chinas y el suelo pélvico
Aunque siempre se ha asociado las bolas chinas a un producto erótico dentro del campo de la sexualidad, es habitual encontrarnos en consulta a mujeres que vienen frustradas por el uso de las mismas aconsejadas por amigas para entrenar el suelo pélvico y no les ha ido bien.
Antes de comenzar a utilizarlas habría que realizar una valoración de la zona para determinar cuáles son las más adecuadas para ellas. Es como llegar al gimnasio y el primer día cogemos la pesa grande y nos desanimamos. Antes habría que hacer un acondicionamiento de la zona sin pesas. Hay mujeres que tienen prolapsos o contracturas musculares y su uso estaría contraindicado o muy limitado por esta causa.
Existen muchos tipos de bolas chinas y de diferentes tamaños. Habrá que estudiar cual es la más beneficiosa para cada caso, dependiendo del balance muscular de la zona y del tamaño de la vagina. Hay que hacer un uso racional y lógico de las mismas cuando nuestro fin es el trabajo de la musculatura perineal.
Entrenamiento de prevención.
Destacar el trabajo de prevención en el fortalecimiento del suelo pélvico. Es importante detectar esos momentos claves en la vida de la mujer y el hombre en el que pueden verse afectada la musculatura perineal y hacer un trabajo para evitar que aparezcan patologías. Muchas veces, nos encontramos con que las personas acuden demasiado tarde a nosotros, cuando la disfunción lleva años de evolución y que ya ha derivado en problemas crónicos que cuesta más tratar y hacer que desaparezcan. Por ello, es importante, prestar atención a pequeños síntomas que nos pueden alertar de que algo no va bien y acudir a un profesional a que valore nuestro caso y nos pueda guiar para la recuperación.