Uno de los motivos por los que es importante prestar atención a la disfunción eréctil es porque puede ser la primera señal de una enfermedad cardiovascular. La disfunción eréctil se considera un factor de riesgo cardiovascular, siendo un importante predictor de enfermedad coronaria, sobre todo en menores de 60 años. Además, hay un alto porcentaje de pacientes con enfermedad coronaria que sufren de disfunción eréctil.
El objetivo a nivel psicológico siempre va a ser la regulación emocional. Cuando la disfunción eréctil es psicológica hay una emoción (o varias a la vez, pero siempre suele ser una la que predomina más) la que bloquea la respuesta sexual. La emoción negativa que más relacionada está con la disfunción eréctil es la ansiedad. Por lo tanto, todo lo que pueda hacer el varón para regular su ansiedad ayudará a solucionar la disfunción eréctil.
Las caricias en pareja son muy eficaces dado que la ansiedad es uno de los factores clave en la disfunción eréctil, y uno de los objetivos es eliminar la ansiedad o reducirla que el hombre siente ante las relaciones que implican penetración. Lo primero para conseguir que la pareja esté más relajada hay que potenciar la sensualidad en sus encuentros íntimos y excluir del menú sexual el coito.
Las caricias en pareja son muy eficaces dado que la ansiedad es uno de los factores clave en la disfunción eréctil, y uno de los objetivos es eliminar la ansiedad o reducirla que el hombre siente ante las relaciones que implican penetración. Lo primero para conseguir que la pareja esté más relajada hay que potenciar la sensualidad en sus encuentros íntimos y excluir del menú sexual el coito.
Las causas de la disfunción eréctil pueden ser muy variadas, por lo que es importante acudir a un profesional que determine cuál es el tratamiento más adecuado en cada caso particular. Un problema en la erección puede deberse a factores psicológicos, a factores orgánicos o a una combinación de factores psicológicos y orgánicos.
Un sexólogo o sexóloga es la persona que tiene formación específica en este área, que generalmente se obtiene a través de un postgrado o máster. El objetivo de cualquier sexólogo o sexóloga es ayudar a que personas y parejas conozcan mejor su sexualidad, que es única y particular para cada uno, para que puedan expresarla y asumirla de una forma saludable traduciéndose en una mayor satisfacción sexual y, por lo tanto personal