Anorgasmia y su tratamiento desde la terapia sexual.
No alcanzar el orgasmo hace que algunas parejas entiendan como incompletas sus relaciones sexuales. La anorgasmia es casi siempre un problema de origen psicológico. Te ayudamos a alcanzar el clímax.
La anorgasmia es una disfunción muy común entre las mujeres y cada vez son más hombres los que reconocen padecerla.
A veces nos rendimos ante ella y la asumimos por miedo al rechazo, por vergüenza o simplemente porque creemos que no tiene solución. Nada más lejos de la realidad.
El tratamiento de la anorgasmia dependerá del origen de la misma y será el profesional psicólogo sexólogo, tras su diagnóstico, quien especifique la terapia más adecuada para cada paciente en particular. En la mayoría de los casos, el trastorno es producido por causas puramente psíquicas, por lo que la terapia psicológica junto con la terapia sexual será uno de los puntos fuertes a tratar.
El procedimiento básico para tratar la anorgasmia requiere, en primer lugar, de una adecuada educación sexual, que ayude a comprender cómo funciona realmente la sexualidad y a descubrir las interesantes peculiaridades de nuestro cuerpo. Esto ayudará a derribar aquellos obstáculos producidos por pensamientos erróneos en torno al tema que nos ocupa y nos aportará las claves necesarias para llevar a cabo las prácticas idóneas para disfrutar de encuentros sexuales más satisfactorios.
¿Qué es la anorgasmia y cuándo necesitamos terapia?
¿Por qué tengo anorgasmia? Me pregunta una mujer…
Si buscamos una explicación orgánica diríamos que la anorgasmia como algo fisiológico es muy infrecuente.
Al igual que con cualquier problema de la vida, ante una dificultad los que la sufren, ponen en práctica determinados comportamientos. En la mayoría de los casos, convencidos de ir en la dirección correcta, se persevera en ponerlos en práctica con la creencia que más de los mismo permitirá de alcanzar el objetivo o, en el peor de los casos, con la creencia que no haya absolutamente nada que se pueda hacer y que la única vía de escape sea fingir o evitar cualquier relación sexual.
¿Y si fuera precisamente la combinación de estas soluciones, creencias e instrucciones aprendidas de la sociedad que nos rodea a mantener el problema y obstaculizar el cambio?
Los guiones comportamentales que ponemos en práctica se construyen en función de múltiples aspectos de la vida de una mujer o de un varón: la educación familiar y/o escolar, los primeros encuentros con la sexualidad, la influencia de nuestras amistades y la cultura de nuestra época que impulsa una especie de obligación a la felicidad sexual y una tendencia a centrarse exclusivamente en el placer individual.
Sobre estos pilares se construyen las complejas dinámicas individuales y relacionales que tienen como resultado las modificaciones culturalmente aprendidas que distorsionan el funcionamiento de los poderosos y delicados mecanismos que están detrás de programas neurobiológicos universales y que según la investigación-intervención se pueden dividir en cuatro tipos principales que constituyen auténticos “guiones” de percepción y reacción que conducen a experimentar anorgasmia.
Los 4 guiones disfuncionales que mantienen el problema:
- Lo busco y no lo encuentro: Más la persona busca el placer y más no lo encuentra. Es la mujer controladora que procura hacer todo perfectamente, pero de forma tan controlada que esto le impide dejarse llevar y gozar el momento. La relación sexual con la pareja es tan “técnica” y la atención es tan centrada sobre todas las señales de su propio placer personal que la espontaneidad del orgasmo ya no encuentra lugar.
- Lo busco, pero me huye: Más la persona busca el placer y más el placer le huye porqué nunca tiene la sensación de que sea suficiente. Es la mujer que busca las sensaciones extremas adoptando conductas de riesgo y que haciéndolo puede ponerse en peligro y hacerse daño. Es la mujer que vive el placer como una sedación.
- No sé cómo buscarlo y no lo encuentro: Es la mujer que no se atreve a buscar el placer porque no sabe cómo encontrarlo y, por esto no está a gusto cuando tiene relaciones sexuales o directamente las evita. Estas mujeres llevan una pesada y potente armadura de aprendizajes e idiosincrasias culturales che se interpone entre ellas y la sensualidad.
- No lo busco y no lo encuentro: Es la mujer que ya no busca y que elude la intimidad sexual en virtud de la desilusión. Acaba pensando que el orgasmo, del que tantas personas hablan en realidad no existe, y que tiene problemas más importantes en que pensar. Este guión incluye la mujer controladora que después de tantos fracasos en su búsqueda se ha rendido y, también, las mujeres que tienen otros problemas psicológicos que bloquean el área sexual.
Tratamiento en terapia sexual para la anorgasmia.
A continuación pasaremos a la acción, llevando a cabo determinados ejercicios graduales que comenzarán por la consecución del clímax a solas para, después, llegar a alcanzarlo con la pareja a través de distintas prácticas sexuales.
A parte de estos dos pilares básicos para el tratamiento de la anorgasmia, queremos darte algunas recomendaciones básicas que pueden ser de utilidad para solucionar tu problema y alcanzar el orgasmo buscado:
- Aprende a conocer a fondo y disfrutar de tu propio cuerpo a solas, reparando en las sensaciones que te evoca y prestando especial atención a aquello que más te agrada.
- Disfruta de cada caricia, pues quizá te pierdas un apasionante viaje por estar pensando continuamente en el destino.
- Recuerda que el clítoris es tu órgano sexual más sensible, por lo que su correcta estimulación puede ser la clave.
- Sexo no es sinónimo de penetración, recuerda que hay muchas más prácticas sexuales capaces de haceros disfrutar al máximo.
- Ten en cuenta que durante el coito puedes estimular de otras maneras tu clítoris, pues la mayoría de las mujeres así lo requieren.
- Comunica a tu pareja lo que te gusta y lo que no, pues no se trata de adivinar lo que el otro siente.
- Pon en forma tu musculatura vaginal con los ejercicios Kegel, pues eso te facilitará la consecución del orgasmo y lo intensificará.
- Potencia tu imaginación y utiliza distintos mecanismos como, por ejemplo, las fantasías eróticas que puedan llegar a elevar tu placer.